¿LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
EN IBIZA?
Aquí hay un análisis socio político, sobre la situación de la democracia en Ibiza.
Las voces digitales provienen del sistema digital de Acapela Group, así como del sistema creado por la Universidad del País Vasco, que se ha beneficiado de los fondos de la Unión Europea.
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Los límites de la democracia representativa en Ibiza
Es deseable que los isleños conserven un papel político importante en Ibiza, esta es su tierra, donde se habla su lengua. Al mismo tiempo, sería necesario abrir más el juego sociopolítico a los demás residentes de la isla, de manera moderada, amable y dialogante.
En Ibiza, el multilingüismo omnipresente (catalán, castellano, inglés, rumano, italiano, alemán, holandés, francés, árabe, mandarín, portugués, etc.), hace que el discurso de los actores políticos ibicencos, sea poco comprensible por una parte muy significativa de los ciudadanos.
También, existen considerables diferencias socioeconómicas y culturales entre las múltiples partes del rompecabezas de habitantes de la isla.
También, hay un desánimo evidente del electorado para ir a votar o involucrarse en la política local.
También, existe una parte importante de ciudadanos que no pueden votar, o que encuentran dificultades a la hora de inscribirse en el censo electoral.
Al mismo tiempo, a un nivel más específico del ámbito político, se constata la representatividad muy insuficiente de varios estratos de la ciudadanía, en las entidades como, Ayuntamientos, Consells, Parlamento de Baleares. Es cierto, que la presencia de los Peninsulares comienza a ser un poco mas significativa. Al contrario, los demás habitantes del resto de Europa y los extra comunitarios, están ampliamente ausentes de las entidades administrativas y de gobierno. Representan una parte considerable de los ciudadanos, y en cambio, su presencia en los órganos de gobierno es menos que el épsilon de los políticos elegidos. Del mismo modo, en todas las instituciones, estos ciudadanos rara vez forman parte del personal activo, lo que les excluye de poder expresarse y cooperar en la vida pública, más allá de las elecciones. Finalmente y obviamente, hay numerosas asociaciones de ciudadanos, en particular las repartidas en función de sus nacionalidades. Aunque su finalidad es, por vocación, esencialmente corporativa.
También se constata la dificultad irresoluble, para un actor político, de saberlo todo, en profundidad, de las expectativas, las reivindicaciones, los modos de expresión de tantos ciudadanos diferentes provenientes de tantas culturas igualmente diferentes. En esta llamada democracia representativa, el tiempo de la ósmosis entre el hombre político y los electores, al menos en un lugar como Ibiza, está terminado.
Finalmente, existe este escaso margen de maniobra de los presupuestos públicos. La mayoría de los ciudadanos no son muy conscientes de la realidad que tolera sólo un margen de cambio extremadamente estrecho, de un año a otro, entre una política u otra, salvo en un contexto pre revolucionario o revolucionario. Esta realidad presupuestaria conduce a una decepción constante de los ciudadanos entre las promesas electorales y la realidad de su ejecución.
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Instalar progresivamente la democracia participativa
Ibiza podría convertirse en un micro laboratorio europeo de la democracia avanzada, es decir, de una democracia más participativa.
No se trataría de desestabilizar el juego político representativo actual en la democracia insular. Este juego político es como es, y se debe tomar en consideración y respetar.
Por el contrario, una mayor participación de los ciudadanos en la vida política local, sería un beneficio democrático. El imperativo deliberativo se basa en una lógica simple: cuanto mejor es la calidad del debate, más legítimas y efectivas son las decisiones resultantes. Mejores debates para mejores decisiones.
En esta óptica, se podría afirmar la oportunidad de proporcionar más medios a los ciudadanos para debatir, expresar sus opiniones, y sopesar las decisiones que les conciernen. Se basaría en una “ciudadanía activa e informada, capaz de valorar y de proponer soluciones ".
Hoy, la democracia participativa, lejos de oponerse a los fundamentos de la democracia representativa, se presenta como una forma complementaria de compartir decisiones, preservando la importancia del representante electo, pero implicando a los ciudadanos de manera más amplia y directa.
Con perspicacia, voluntad, paciencia y lucidez, se podría favorecer, en Ibiza, esta forma de democracia avanzada, que ya existe en otros lugares de Europa, con éxitos más o menos evidentes. Para los nuevos cargos políticos elegidos, este sería un gran reto, que marcaría históricamente su papel en la configuración sociopolítica futura de la isla, la notoriedad de la cual, es considerable.
Por supuesto, esta forma de democracia participativa requiere la voluntad de los actores políticos tradicionales, los partidos políticos y de las instituciones elegidas, pero también, la voluntad de los ciudadanos.
Sin embargo, en Ibiza, es innegable que, de momento, su movilización es muy débil. Alrededor del 50% de los votantes insulares no van a votar y no están interesados en la vida pública. A nivel de los residentes comunitarios y extra comunitarios, el desinterés es aún más importante. Los motivos son múltiples. Deberían ser mejor identificados y resueltos progresivamente.
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Poner en marcha conferencias ciudadanas
Estas conferencias se realizan en varios países de Europa (como Escandinavia), de América del Norte (como Canadá) o algunos países de América del Sur (como particularmente el Brazil). Parece la forma de desarrollo más adecuada para medir la necesidad / prioridad, de un proyecto colectivo y su aceptabilidad.
También está muy lejos de los llamados departamentos de participación ciudadana, también llamados de otras maneras. Normalmente, estos son anexos a la estructura organizativa habitual de las instituciones elegidas, especialmente a nivel municipal. Por muy útiles que sean, ya a pesar de sus títulos prometedores en el organigrama de estas instituciones, estos anexos no tienen el mismo propósito que las conferencias ciudadanas.
Bajo la tutela directa de los responsables elegidos, por ejemplo del Consell Insular o de los Ayuntamientos, se integraría próximamente, una nueva herramienta en el organigrama de estas instituciones: el Departamento de las Conferencias Ciudadanas.
Este departamento instalará, de manera permanente, un conjunto de conferencias ciudadanas que podrían ser, en un primer tiempo, las siguientes :
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Conferencia ciudadana sobre Infraestructuras
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Conferencia ciudadana sobre Impuestos, fiscalidad local y gestión de los presupuestos anuales.
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Conferencia ciudadana sobre turismo y relaciones internacionales
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Conferencia ciudadana sobre temas sociales, sanidad y educación
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Conferencia ciudadana cultural
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Conferencia ciudadana sobre multiculturalismo, universalismo, cosmopolitismo
Los participantes a estas conferencias ciudadanas estarán invitados a:
Responder a preguntas formuladas por el responsable elegido.
En segundo lugar, entrenar y debatir entre ellos y con responsables políticos, administrativos y técnicos.
Finalmente, redactar un documento oficial de síntesis transmitido al máximo responsable de la institución correspondiente.
Este máximo responsable aportará respuestas argumentadas dentro de un protocolo y un calendario preciso. Estas respuestas cerrarán la discusión y se tomarán las decisiones finales, únicamente por parte del máximo responsable.
El documento oficial de síntesis de la conferencia ciudadana así como las respuestas argumentadas del máximo responsable, serán archivadas en un registro oficial de libre acceso para los ciudadanos.
Esta metodología de concertación debe ser estricta y respetada. Es la principal base de la eficacia de estas conferencias ciudadanas.
Estas conferencias ciudadanas se convocarán, cada vez que sea necesario y, por lo menos, una vez cada semestre. Teniendo en cuenta que son 6 conferencias, significa la organización de una conferencia especifica cada mes.
Es el departamento conferencias ciudadanas el que gestionará la organización de estas conferencias, así como la producción de los documentos de síntesis.
Elegidos de manera aleatoria, los miembros de las 6 Conferencias ciudadanas, serán un total de 120, es decir, 20 miembros por conferencia. Serán activos para un plazo anual renovable una sola vez. Cada miembro, libre de aceptar o no su responsabilidad, tendrá el título de “consejero ciudadano” .
Los departamentos de conferencias ciudadanas utilizarán las tecnologías digitales para la óptima comunicación con los consejeros ciudadanos. Por ejemplo, además de WhatsApp, Skype, Zoom u otras aplicaciones parecidas existen herramientas especificas para este tipo de conferencias ciudadanas. Una de ellas, nacida en Argentina, se llama DemocracIOS)… Demodyne 63, es otra aplicación con la misma finalidad, y ha sido creada en Francia en 2015.
Se votarán presupuestos anuales de funcionamiento de estas conferencias ciudadanas. Serán limitados, estrictos, pero suficientes para la correcta consecución de sus objetivos.
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Los frenos habituales al buen funcionamiento de las conferencias ciudadanas
La buena voluntad no es suficiente para poner en marcha estas conferencias ciudadanas. Por ejemplo, no se deben ignorar los débiles resultados obtenidos en otros lugares de Europa. A título informativo, son dos de las principales dificultades que se encuentran generalmente.
Primera dificultad: pseudo consultas para validar las decisiones ya tomadas. Las instituciones tienen una fuerte capacidad para dar una impresión de que se quiere avanzar, pero sin cambios realmente sustanciales.
En estos casos, la democracia participativa se limita a una simple consulta al ciudadano. En realidad, los representantes electos, mantienen el control de toda la preparación de la decisión final, decisión que evidentemente conservan.
Segunda dificultad: visión escéptica del "conocimiento de los ciudadanos". Lo que conduce a la preeminencia de la legitimidad del conocedor, gobernante o experto. De esta manera, se pierden "conocimientos" que pudieron ser movilizados por el ciudadano. "El conocimiento de uso", por ejemplo, que enriquece el conocimiento técnico de los expertos. También, "el sentido común", esta capacidad de ponderar cuestiones que no pueden ser resueltas, únicamente mediante el razonamiento científico.